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lunes, 1 de octubre de 2007

De regreso a la Luna

Se nos quedo chiquita la Tierra. Al menos esa parece ser la impresión que me da por la creciente presencia física y mental del hombre en el espacio. Cada día parecen surgir nuevos proyectos de llevar hombres con propósitos científicos o turísticos en trayectorias suborbitales o de ponerlos en órbita por semanas (bueno ya lo estamos haciendo de forma regular realmente). Llevarlos a la Luna, a Marte y más allá. El deseo científico y como especie de expandir nuestros dominios más allá de la troposfera parece ilimitado y nuestro impulso para hacerlo realidad, imparable. Pero, y no sé si muchos de ustedes se habrán formulado la misma pregunta antes ¿para qué demonios queremos hacer todo esto? No quiero prometerles aquí una reflexión verdaderamente interesante o informada sobre las dudas que en muchos de nosotros despiertan los proyectos de llevar hombres al espacio con propósitos que a duras penas parecen entenderse cabalmente. Quiero compartir algunas reflexiones sobre una nota que hace unos meses descubrí en Science@Nasa (la verdad hace muchos meses) en la que se describía un esfuerzo hecho por la agencia espacial norteamericana para hacer un inventario (seguramente no el último) de ideas sobre las cosas que los seres humanos podríamos hacer en la Luna. La verdad el inventario no necesariamente tiene que ver con cosas que el hombre tendría que hacer estando presente en cuerpo y alma, estaciones enteramente automatizadas podrían hacer muchas de las cosas que se sugieren allí, pero al leerlas no deje de pensar en este como un esfuerzo para justificar el regreso del hombre a nuestro satélite artificial y de naturalmente su posterior permanencia constante en este inhóspito sitio.

La nota titulada “181 cosas para hacer en la luna”, que fue publicada en febrero de 2007 (perdonen el retraso!) lo refiere a uno directamente al documento preparado por NASA en el que se describen casí 2 centenares de ideas para hacer en la Luna que van desde las muy normales como construir observatorios astronómicos, crear estaciones para el lanzamiento de naves a Marte hasta otras bastante curiosas y originales como crear centrales energéticas o construir observatorios oceanográficos (en la Luna!) En mi siempre muy personal criterio seleccione una decena de ideas que me atrayeron por su originalidad e ingenio, pero que como lo dije, me llevaron a insistir en mi incredulidad sobre la verdadera “utilidad” de llevar hombres a la Luna. Dejenme enumerarles algunas de ellas y de paso compartirles mis dudas y/o admiración por esas ingeniosas ideas. Me he tomado un poco la libertad de bautizar las ideas que selccione con nombres que resumen mi impresión (que a veces puede no ser precisa!) Mi recomendación es que vayan directamente al documento de NASA y lean las ideas por ustedes mismos para que comprueben la veracidad de mis impresiones al respecto.

  1. La Luna al servicio de Einstein (el código de esta idea en el documento publicado por NASA es mA7). Desde hace mucho tiempo es reconocido por los astrónomos que la Luna tiene uno de los movimientos orbitales más complejos del sistema solar. La razón se resume en una frase: menage a trua (un romance de tres). La Luna es poderosamente atraida por la Tierra que determina las características generales de su órbita pero el Sol juega un papel importante en su movimiento y es finalmente quien determina algunas de las peculiaridades mas notorias de su movimiento, sin contar otras más sutiles debidas por ejemplo a la no esfericidad de nuestro planeta. El movimiento de nuestro satélite natural ha sido descrito con precisión, incluyendo los más sútiles efectos, usando la teoría gravitacional de Newton que hoy sabemos es solo una aproximación de una teoría más fundamental inventada genialmente por Albert Einstein: la teoría general de la relatividad. Pero la diferencia práctica entre lo que predice numericamente la teoría de Newton y la de Einstein es extremadamente pequeña por lo que parece no ser necesario abrumarse con la más compleja teoría general de la relatividad para predecir un eclipse de Luna o calcular la posición de nuestro satélite de modo que una nave tripulada pueda encontrarla. Sin embargo si se pudieran medir esas diferencias sutiles los científicos podrían convencerse aún más de la validez de la teoría de Einstein (aunque pocos dudan seriamente de ella todos sabemos que entre más evidencia empirica mejor!) El problema es que las diferencias podrían estar a un nivel que ni los mejores observatorios en Tierra pueden conseguir. Solo detectando la posición de la Luna con precisión de centimetros y hasta milimetros podrían hacerse las pruebas más rigurosas. Allí es donde un laboratorio lunar podría jugar un papel fundamental. En los años 70 los astronautas del Apollo instalaron en la Luna espejos reflectores de haces LASER enviados desde la Tierra precisamente con ese propósito. Sin embargo detectar la reflexión de un LASER después de viajar casí 760,000 km es un verdadero reto técnico. Si colocaramos una estación que recibiera el LASER y de forma “inteligente” devolviera una señal a la Tierra amplificada y coherente se produciría un incremento muy importante en la precisión de nuestras medidas de la posición EXACTA de la Luna. La Luna se convertiría de este modo en un laboratorio de relatividad general, aunque esas medidas, dejenme decirles, no servirían para mucho más que eso!

  2. Oceanografía lunar (código mEO6). ¿cómo es la cosa? ¿vamos a hacer oceanografía de los mares lunares? Nada de eso, estamos hablando de hacer oceanografía de los mares de la Tierra pero en un lugar completamente seco y a 384,000 kilometros de cualquier brisa marina. Esta es la idea de algunos científicos marinos que han propuesto que desde la Luna tendríamos una visión sin precedentes por su globalidad de los oceanos de nuestro planeta. En particular se propone crear observatorios de la Tierra que pudieran detectar la luz producida por la fluorescencia del fitoplancton sub-superficial. ¿Fito qué? Pues bien en la base de la cadena alimenticia oceánica se encuentran estos bichos entre bacterias y vegetales cuya presencia o ausencia podrían dar indicativos únicos sobre la salud global de nuestros oceanos. Ir hasta la Luna para mirar el color del Mar y saber si las ballenas están comiendo bien: una maravilla!

  3. Aprendiendo a buscar a E.T. (mOPS7) En nuestra “casi segura” exploración de mundos muchos más allá inclusive que la Luna, una de las primera y más seguras metas científicas será la determinación de la presencia o no de vida sobre el cuerpo astronómico estudiado. Pero, ¿reconoceremos o no a E.T. cuando lo veamos? ¿que pruebas debemos hacer para determinar si en un puñado de polvo ultraterrestre (porque seguramente el primer E.T. del que tengamos noticias será microscópico) hay o no bichos? Pues bien la Luna podría convertirse en un laboratorio con excelentes condiciones “higienicas” para poner a prueba los más estrictos protocolos para evaluar la presencia de vida en otros lugares. ¿Por qué? todo apunta en la dirección de que nuestro satélite es un mundo completamente estéril (creo que no hace falta siquiera ser tan precavido para decir que lo único “vivo” en la Luna son las esporas bacterianas que deben estar hibernando pegadas de los instrumentos dejadas por los astronautas del Apollo) de modo que si se diseñara una prueba para buscar vida, usar polvo lunar sería una excelente manera de demostrar al menos que la prueba no detecte vida donde no la hay!

  4. Energías alternativas (en la Luna!) (mPWR3) En la moda de las energías alternativas que les parece esta perla: vamos a la Luna para alimentar de energía nuestro necesitada humanidad! Pues bien la idea es bastante seria y para nada despreciable. El uso por ejemplo de grandes granjas de celdas fotovoltaicas en la expuesta superficie lunar podría convertirse en una casí inagotable y eficiente fuente de energía para nuestro planeta. Una parte importante de esa energía se usaría naturalmente para alimentar todos los aparatos de los que llenariamos nuestro satélite (observatorios astronómicos y oceanográficos, minas, estaciones de lanzamiento, etc.) pero otra podría “enviarse” a la Tierra para satisfacer la crecientes necesidades energéticas (un problema que para ese entonces podría haberse agravado). Pero, ¿cómo enviar un 1 megavatio de la Luna a la Tierra? ¿llenamos baterías y las enviamos de regreso a nuestro planeta? (¿por qué no?) Algunas ideas incluyen radiar energía en la forma de poderosos haces de microondas que al ser absorbidas en “subestaciones” en la Tierra alimentaran de energía nuestras redes de distribución. Ya me imagino las campañas del futuro “¿para que utilizar la combustión de hidrógeno que descarga vapor de agua en la atmósfera aumentando la cubertura de nubes si puede usar energía importada directamente de la Luna?”

  5. El backup de nuestras bibliotecas (mHISP1,2) De pronto me lo tome muy literal pero esto es a lo que me suena esta idea. Alguna vez viendo una película rusa (seguro muchos de ustedes que son más cultos que yo recordaran el nombre de la película y el director) fui consciente de una de las amenzas más dolorosas que enfrentaría la humanidad ante la posibilidad de un evento de autodestrucción: la eliminación accidental o voluntaria de toda la información acumulada durante siglos de observación, reflexión, discusiones, etc. Para mí la idea fue tan impactante que se me eriza la piel de solo pensar en la escena en la que la gente usaba los últimos libros de cálculo, economía, astronomía que quedaban en el planeta después de un ahecatombe nuclear para hacer hogueras en un mundo donde no había nada más para quemar! Pues bien, la Luna podría ser un excelente lugar para salvaguardar este preciado bien que ha ido creciendo a un ritmo frenético durante los últimos siglos: nuestro conocimiento. Proponen en el documento publicado por NASA crear en la Luna sitios seguros para almacenar apropiadamente un “backup” de información crítica, inicialmente sobre la vida en el planeta, pero también sobre nuestra cultura y lo que hemos aprendido con muchas dificultades en lo que llevamos de vida como especie. Con suerte esta nota quede atrapada en alguna esquina en un disco óptico de ultra alta capacidad y sea transportado a la Luna en el futuro! Este será seguramente mi único chance de viajar hasta allá!

  6. El negocio de la Luna (mC2) No sé si ustedes han oído o leído sobre algunas empresas o individuos que ya tienen vendida (o comprada) buena parte de la Luna. Pilas que con sus ahorritos de toda la vida tal vez podría hacerse a una parcelita llena de regolito lunar – y de Titanio por cierto – que le permitiera a sus tataranietos vivir comodamente en el futuro! Aunque esto suene a chiste flojo la verdad es que una de las ideas incluidas en esta particular lista preparada por NASA concibe la explotación comercial de la Luna. Pero bueno, no es ningún pecado aprovechar lo que se sabe y se puede hacer para que otros lo compren. La pregunta realmente es aparte de los bienes raices ¿qué otra actividad comercial se podría desarrollar en la Luna? Desde los más obvios como la venta de la energía generada allá, los productos minerales, entre otros, también se podría recurrir a otros modos menos obvios (pero omnipresentes en la literatura y el cine de ficción) como el turismo.

  7. La Luna para todos! (mEOR1) algunas de las ideas más altruistas de todas, por lo menos desde mi punto de vista, serían las de hacer verdaderamente pública la exploración humana futura de la Luna. Es casí completamente seguro que por mucho tiempo, transportarse hasta nuestro satélite natural será sólo tarea para pocos. Como sucede ahora con la Antartida las primeras comunidades que habitaran la Luna estarán formadas por investigadores, científicos o emisiarios comerciales y políticos pero el resto de los seres humandos permaneceremos aquí esperando a que se realicen todos los sueños que contiene el documento de NASA. Aprovechando la instalación con el tiempo una adecuada infraestructura de comunicaciones Tierra-Luna (otra de las ideas incluidas en la lista) podría darse un acceso directo al gran público para que presenciará remotamente e incluso se viera envuelto en las actividades que se desarrollarían en la Luna. Así como hoy podemos ver lo que esta pasando justo ahora en la Plaza Roja en Moscú usando web cams instaladas estratégicamente allí y una conexión a Internet, podrían instalarse también dispositivos de registro en la Luna para que desde la Tierra, en escuelas, universidades o desde la casa los demás seres humanos pudieramos estar al tanto de lo que ocurre allí. Usando la misma infraestructura de comunicaciones seres humanos corrientes y otros no tan corrientes podrían incluso operar instrumentos u observar su entorno a voluntad desde la comodidad de nuestro planeta. Las transmisiones desde la Luna podrían usarse para inspirar a los futuros científicos, líderes y empresarios desde la más temprana edad y en la escuela para que mantuvieran el interés y alargaran el sustento de la actividad humana en la superficie de nuestro satélite.

  8. Más realities! (mEOR1.2) Cierro con esta que de nuevo corresponde a la interpretación personal que le doy a la idea mEOR1.2 del documento de NASA y que de alguna manera se relaciona con la idea del numeral anterior. Una de las cosas más dificiles de todas las empresas de exploración humana (a todos los niveles) es la convivencia extrema a la que estarían sometidos los humanos en comunidades y habitats particularmente cerrados! Mucho aprenderiamos desde la Tierra de lo bien que vivimos cuando podemos dejar de ver a nuestros compañeros de trabajo cada tarde para aislarnos en nuestros habitaculos personales y reencontrarnos con ellos al otro día. Este preciado bien tal vez solo lo valorariamos al ver a los pobres seres humanos que abriran el camino de la exploración lunar vivir en condiciones dificiles en un ambiente hostil rodeados durante meses de los mismos compañeros soportando sus peculiaridades y diferencias. Este, que yo he llamado, el “Reality Lunar” podría convertirse en una fuente muy interesante de enseñanzas sobre el comportamiento humano en ambientes extremos y podría ayudarnos a entender las cosas que hacen falta para que podamos abandonar nuestro planeta sin que nos matemos entre nosotros antes que otros agentes exógenos lo hagan.

Con todo y como dije al principio, este parece ser un excelente documento para convencer a muchos de que ir a la Luna de nuevo podría ser el comienzo de algo verdaderamente grande e importante para la humanidad. A mi me sigue pareciendo que lo único por lo que volveríamos a la Luna (al menos inicialmente) sería por el placer que para los seres humanos ha tenido y tendrá siempre la exploración (así sea un poco inútil) de lugares desconocidos y el impulso de hacerlo precisamente con los lugares más difíciles. Tal vez haya o no un futuro para la humanidad en el espacio pero de que habrá siempre seres humanos dispuestos a dejarlo todo y arriesgar su vida para sentir el gozo de “ser el primero en” o de sobrevivir la prueba que nunca antes otro ser humano ha superado, no me cabe la menor duda!


Jorge Zuluaga
Medellín - Colombia


Imagenes:
Esta me parecio una curios imágen para ilustrar esta nota. Naturalmente no se trata de un montaje sino simplemente de unas huellas en la arena en una playa “muy terrestre.” Tomado de http://fabfrog.blog.ca/2007/01/


Para saber más:

Las fuentes originales:

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