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lunes, 18 de junio de 2007

Los Nostradamus de la Ciencia

Una de las formas favoritas que tengo para “venderles” la Ciencia a mis estudiantes (especialmente aquellos que no están muy convencidos de la importancia que ella tiene en su formación a pesar de usar IPODs miniaturas mientras dicto clase de Teoría Electromagnética en las Facultades de Ingeniería) es mencionarles una de las características más increíbles de esta forma de conocimiento: su poder predictivo. Todos parecen sorprenderse cuando les digo que la Ciencia tiene una faceta mágica, profética y que es naturalmente superior a prácticas mágicas como la astrología o la lectura del tarot! (que a propósito NO FUNCIONAN la mayoría del tiempo a diferencia de la ciencia que aunque falla acierta la mayoría de veces; mejor aún reconoce cuando falla!)

Piénsenlo un momento y se convencerán de que la Ciencia es mitad clasificación y sistematización del mundo y mitad profecía (perdónenme los epistemologos si el mitad-mitad de pronto es exagerado.) Una clase de física por ejemplo: “un tren se encuentra en la estación A y acelera a X m/s2 partiendo del reposo, ¿a qué distancia se encontrará de la estación después de una hora?” Nada que envidiarle a la astrología, ¿no? Química: “¿si se mezcla el ácido M con la base N entonces cuál será la sustancia resultante?” mejor que la lectura del tabaco ¿no? Bueno, hay que admitir que las predicciones de la ciencia parecen más aburridas, menos personales que las de la magia: “dada la posición de Júpiter en el cielo y las coordenadas espacio-temporales de la clínica en la que va a nacer mi hija, ¿será ella una abogada?” Pero digámonos la verdad: las predicciones científicas son honestas al tratar de “adivinar” lo que se puede adivinar basándonos en la evidencia existente y en el conocimiento acumulado por siglos sobre el modo en el que funciona el mundo.

Pero un momento. No hay tampoco porque subestimar el alcance de algunas predicciones científicas respecto a los que hace la magia. ¿Que tal si le digo (como lo hicimos en la nota de la semana anterior) cuál será el futuro de la ciencia de aquí a 100,000 millones de años? Tal vez su respuesta sería, como diría el gringo, “boring!” osea “todavía muy aburrido”. Bueno y si le cuento en qué va a terminar el planeta de aquí a 5,000 millones de años. Usted diría “muy lejos para mi descendencia inmediata”. Esta dura la cosa; intentemos con esto: ¿que tal si le digo cuál será la temperatura media de la Tierra en 100 años o el nivel del mar en 50? ¿ya le empezó a sonar por qué tiene una finquita en la costa?. O tal vez si me pongo en una posición más extrema y le digo que no habrá tantas plantas sobre el planeta (solo unas yerbas miserables) de aquí a 600 millones de años (y no precisamente por culpa del calentamiento global!)

Tal vez con esto (o tal vez no!) se haya convencido un poco de que leer un horóscopo es más inútil que hacer una carrera científica de 10 años (bueno lo último es más largo pero al final usted recibirá un gorrito puntiagudo y el título de “mago”, aunque ninguno lo admita!) Si es una persona práctica simplemente deberá admitir que esas formas de magia modernizadas como la Astrología-Tárot tienen un papel psicológico (muy respetable pero que debería costar menos) más que uno verdaderamente predictivo COMO EL QUE SI TIENE LA CIENCIA.

Bueno ¿a qué viene todo esto? Dos cosas me motivaron esta semana a escribir sobre el muy poderoso y mal comprendido o divulgado poder profético de la Ciencia: primero la participación del Simposio Internacional “De la Tierra y del Cielo” en el Planetario de Medellín, celebrado en conmemoración de los 50 años del Año Geofísico Internacional y como parte de las actividades en Colombia del Año Heliofísico Internacional, donde entre muchas otras cosas se habló del calentamiento global y el futuro de nuestra sociedad y el planeta (un futuro que no fue predicho por Nostradamus, al menos hasta ahora). El segundo una nota de prensa que me encontré en el sitio de noticias de Science@Nasa sobre el desarrollo de un nuevo método para predecir la llegada de las muy nocivas y dañinas tormentas de radiación solares.

Con estas dos cosas en mente, recorde la cantaleta de “mago-científico” que le descargo a mis estudiantes de ingeniería y me animé a publicar en mi blog una reflexión al respecto. ¿Pero como organizar esta reflexión? El tema es casi tan interesante como para escribir medio libro (algún día será!) pero yo no tengo mucho espacio aquí ni en sus apretadas agendas como lectores como para venirme con todo lo que se me venga a la cabeza sobre el tema (y créanme que mientras reviso la ortografía de la última frase se vienen a la mente 40 párrafos al respecto.) Además este es un blog de Astrofísica y no de epistemología. Esta última es sin embargo una condición bastante afortunada porque la astrofísica también es una de esas ciencias que esta llena de predicciones. Una de sus más importantes funciones es la de contar como fue el pasado del Universo pero también como será su futuro.

Se me ocurre entonces, si les parece bien, que hagamos el ejercicio de enumerar (ya saben también que me gustan las listas) algunas predicciones que en principio estaría en capacidad de hacer la Astrofísica sobre algunos de los eventos más increíbles, extraños y hasta cruciales para la historia de la humanidad. Algunas de las supuestas predicciones que presento son más bien esperanzas o posibles destinos, pero igual hablan seriamente sobre el futuro como es visto desde la ciencia. Una cosa muy importante antes de comenzar: la mayoría de las predicciones que enumero a continuación son inciertas aunque se basan en hechos científicos muy ciertos. Es lamentable que esta advertencia no aparezca (ni pueda aparecer) al principio de todos los horóscopos:

¿Cuál será el destino de la Tierra como planeta? La mayoría de nosotros piensa o sabe que la Tierra tendrá uno futuro nada agradable para un sitio tan especial como este. Después de sufrir una infinidad de transformaciones geológicas (los continentes seguirán a la “deriva” por otro tanto mientras el manto debajo de ellos pueda mantener ese movimiento y se destruirán y formaran nuevas montañas) y biológicos (a pesar nuestro la evolución seguramente continuará y habrán extinciones masivas y quizás explosiones de vida que repoblen lo que dejemos!) al final nuestro planeta como un todo será engullido por la envoltura del Sol envejecido que después de brillar otros 6 mil a 7 mil millones de años se convertirá en una estrella 100 veces más grande (y hasta más) de lo que es ahora. El destino de nuestro Sol ni siquiera lo incluyo como una predicción aparte porque es de las visiones del futuro que más clara tienen nuestros “mediums-científicos”, una predicción basada en la observación de miles de estrellas que han sufrido el mismo destino sumada a la información proveída por sofisticados programas de computador que son capaces de utilizando las leyes de la física ir reconstruyendo eón a eón lo que pasa en el interior de las estrellas. Volviendo a la Tierra, el ignominioso futuro predicho es uno de varios escenarios (un buen profeta-científico no haría una única predicción). Otros han calculado que al crecer el cuerpo de nuestro moribundo Sol, la interacción de nuestro planeta con la envoltura de la estrella aumentará y podrá ocurrir que parte del impulso angular de esa envoltura sea transferido a nuestro planeta cuya órbita crecerá lo suficiente antes de ser engullido y evaporado completamente dentro del ardiente interior solar. Naturalmente sobre la superficie de nuestro planeta no quedará forma visible de vida, ni agua líquida y tal vez ni montañas que se desmoronarán cuando la temperatura de la superficie crezca al nivel en el que la roca empieza a fundirse. ¿será mejor que nos trague enteros el Sol antes de que veamos nuestro planeta como una esfera lisa y estéril?

¿Estarán allí los anillos de Saturno para siempre? La más simple “carta astral-científica” de los Anillos planetarios reza de esta manera: los anillos planetarios son sistemas físicos inestables. La respuesta es definitivamente no. Por casualidad estamos viviendo una época dorada para Saturno y la Astronomía. Una época en la que este cuerpo, que sería de otra forma simplemente el segundo planeta del sistema solar y no la “joya del cielo”, esta “adornado” de una densa nube de detritos de hielo y roca que refleja suficiente luz como para ser vistos como una serie de discos macizos alrededor suyo. Con el tiempo la interacción entre las propias partículas que forman los anillos, las perturbaciones que ellas reciben de las lunas del planeta y la interacción misma con Saturno irán erosionando los anillos hasta que en el lapso de unas decenas a centenares de miles de años desaparezcan ante la mirada atónita de nuestros astrónomos. Por supuesto no ocurrirá de un día para el otro de modo que no puedo darles una hora, un día ni siquiera un año preciso, pero la Ciencia no duda en apostar que los anillos de Saturno no estarán ahí para siempre!

¿Sera la Tierra golpeada por un Asteroide o un Cometa en el futuro como lo hemos sido en épocas precedentes? No es un secreto que la Tierra ha sido mal tratada por el Sistema Solar en el pasado, como lo han sido también los demás cuerpos que rondan el Sol. Algunos eventos han sido de inusitada violencia. La Tierra recuerda especialmente un “pepazo” que recibió hace unos 3,500 a 4,000 millones de años que logro desprender de su corteza y manto enormes cantidades de material que en buena parte volvió a caer pero que en otra quedo en órbita alrededor del planeta y se agremio para formar la Luna. Más recientemente tenemos evidencia de un impacto de dimensiones colosales que pudo causar un desequilibrio ambiental suficientemente grave como para acelerar o producir la extinción de una buena parte de la vida en la Tierra. Bueno, pero eso es el pasado. ¿Qué nos pueden decir los profetas de la ciencia sobre el futuro? Dice la “bola mágica-científica” que si bien la “carta astral” de los centenares de asteroides que amenazan la Tierra al dar vueltas alrededor del Sol en órbitas que cruzan de cerca la de nuestro planeta (llamados también PHA o Potential Hazardous Asteorids) no parece indicar hasta ahora que el destino de ninguno de ellos se cruce literalmente en el futuro con el de nuestro planeta, existe una importante cantidad de cuerpos de dimensiones respetables (cerca a 1 km de diámetro) deambulando por ahí sin ser descubiertos y que eventualmente podrían amenazar nuestro “tranquilo” planeta. Pero en la ciencia, y más si es como en tantas cosas el azar el responsable, lo que ha sucedido en el pasado y tiene un chance de ocurrir en el futuro, SUCEDERÁ. El hecho de que descubramos y predigamos con precisión la órbita de los más de 2,000 asteroides que amenzan la Tierra no significa que evitemos que uno de ellos por razones completamente aleatorias encuentre su destino estrellándose contra nuestro planeta. ¿cuál será? ¿dónde esta? ¿cuándo ocurrirá ese desastroso encuentro? Hasta ahí llega la Ciencia, por lo menos con la información disponible.

¿Florecerá la Vida en Titan? Dice el “Tarot-científico” que cuando se examina el destino del Sol, ya descrito brevemente en una predicción anterior, las condiciones reinantes en el Sistema Solar en un futuro muy remoto (posiblemente en unos 3 a 4 mil millones de años) serán tales que probablemente la Superficie de Titan (la Luna más grande de Saturno y la única en el Sistema Solar con una atmósfera tan consistente como la de los planetas terrestres) tenga condiciones aptas para que fluya el agua líquida y porque no florezca la vida. Pero a diferencia del Tarot convencional, el equivalente científico es más cuidadoso y juicioso a la hora de emitir predicciones sin contar con otra información marginal que pueda ayudar a construir una imagen más precisa del futuro. Nuestros “lectores-del-tarot-científicos” reconocen sin embargo que la vida es un fenómeno muy complejo y que su aparición a partir de una semilla inorgánica no es nada sencilla (los tarotistas convencionales no le preguntan a su paciente nada de su pasado para predecir el futuro un error grave en este negocio que lamentablemente no afecta lo mucho que siguen ganando). En la Tierra a la vida le tomo como mínimo unos centenares de millones de años para aparecer un forma microscópica (bolsas de sustancias orgánicas y moléculas de ARN y ADN muy sencillas) y más de 3,000 millones de años en convertirse en peces y gusanos. ¿Tendrá todo ese tiempo Titan? No! Eso es lo que dice la “bola-mágica-científica”. En las últimas etapas de la vida del Sol, todo ocurrirá más rápido y con la misma rapidez con la que Titan será apto para la vida, dejará de serlo! Una posibilidad debe considerarse: tal vez la vida si “peleche” en el futuro Titan, pero no una vida autóctona, “titaniana” (el gentilicio de Titan no se lo han inventado así que me tome la libertad) sino tal vez los descendientes de la contaminación por esporas y otros organismos extremos en estados de hibernación que sobrevivieron el viaje interplanetario, la entrada y “atitanizaje” de una sonda humana y el prolongado sueño de miles de millones de años que le espera a la Luna antes de que puedan despertar y tal vez diversificarse y poblarla. Los “titanianos” del futuro tal vez serán descendientes directos de organismos terrestres. Ahora esto si se va pareciendo a un horóscopo!

Me quedan más: ¿cuándo y dónde va a explotar la próxima supernova en la Galaxia?, ¿sobreviviremos como especie en un futuro geológico o astronómico?, ¿siempre habrá eclipses de Sol?, ¿estará la Luna siempre allí?, ¿cuándo ocurrirá la próxima eyección de masa coronal que afecte de forma importante nuestros sistemas tecnológicos como para darnos cuenta de esa amenaza inminente?, ¿colonizaremos Marte?

Con todo creo que la Ciencia (y Astrofísica en particular) tiene muchas más profecías para entregar que hasta el más avezado de los astrólogos. A de ellas se extienden orgullosas en un futuro en el que probablemente la humanidad, con su conocimiento y periodicos llenos de horscopos, siquiera exista.


Jorge Zuluaga
Medellín - Colombia


Y mi ñapa”: los que vivan en Colombia y compartan conmigo ese descontento por el hecho de que cada periódico tenga un “horóscopo-tarot”, deben estar felices por la SABIA decisión de los editores del diario el Tiempo de colocar en la edición impresa el “Tarot de Mavé” en la misma página que la sección de humor. Error: no esta en la misma página, es parte de la sección de humor! Ojala otros diarios en el mundo imitarán (si no es que ya lo hacen) este sabio mensaje editorial.


Para saber más:

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